2.3 La violencia contra las mujeres
2.3.1 Causas y expresiones de la violencia contra las mujeres
Los y las especialistas señalan que la violencia contra las mujeres tiene causas profundas y enraizadas que colocan a mujeres en posiciones de desigualdad respecto a los hombres. Por ello, se la define como un problema multicausal y complejo de erradicar. La forma cómo se estructuran las relaciones entre mujeres y hombres en la casa, en la calle, en los espacios institucionales (trabajo, escuela, sistemas de salud, de justicia) y por supuesto en los universos simbólicos que la comunicación social continuamente refuerza, es la fuente de los desequilibrios que naturalizan y legitiman el uso de la fuerza y de la violencia como forma de control de los hombres hacia las mujeres principalmente. Por lo tanto, se trata de un problema estructural y cotidiano estrechamente asociado con la organización de los espacios, roles y estereotipos de género.
Debe señalarse que si bien es cierto que existen casos de violencia de las mujeres hacia los hombres, su ocurrencia tiene menor incidencia. De cualquier manera, aun cuando este problema tenga entre víctimas más frecuentes y evidentes a las mujeres, debe comprenderse como un problema relacional cuya vigencia, por supuesto, lastima a la sociedad en su conjunto debilitando los valores, las vías de comunicación y las formas alternativas a los conflictos en las relaciones, los cuales si bien son inherentes a la convivencia no deberían implicar dominio y violencia de unas personas hacia otras.
Muchas definiciones de la violencia de género coinciden en describirla como un ejercicio de poder injusto o abusivo, repetitivo y sistemático que se basa en relaciones de dominación y discriminación asentadas en normas, pautas y creencias que desvalorizan lo “femenino” y a las mujeres. Entre las expresiones de esta violencia está el maltrato físico, las amenazas, el menosprecio y la desvalorización, las agresiones psicológicas, la coerción o privación de la libertad o de la vida, como forma extrema. Algunas de estas expresiones son evidentes y otras difíciles de captar o reconocer, dado el carácter invisible y naturalizado con que se asume esta violencia en nuestras sociedades. La fuerza de esta naturalización se asienta en creencias y mensajes sociales que cosifican y estigmatizan a las mujeres y justifican la violencia especialmente la que se produce en el ámbito privado. Escuchemos el mensaje implícito y explícito en la siguiente canción:
Tomado de:
http://youtu.be/xFWqZob-6ys
