2.1 Los alcances del artículo 27 de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria (LFPRH)

2.1.3 La igualdad y la perspectiva de género

Una noción fundamental que ha venido a enriquecer el principio de igualdad, es la perspectiva de género. Aunque parezca obviedad afirmarlo, la perspectiva de género se basa en el uso de la categoría teórica “género”. Esta categoría fue conceptualizada a fines de los años 50 en el contexto de investigaciones antropológicas y psicológicas que concluyeron que la identidad de las mujeres y hombres no sólo está determinada por su sexo. Este hallazgo dio paso a la consideración de lo “femenino” y lo “masculino” como prototipos, es decir, como representaciones y normas que las sociedades construyen para modelar y pautar el comportamiento de mujeres y hombres en un determinado contexto.

Lo relevante de este descubrimiento es que al considerarse la influencia de lo social en la identidad de las personas, éstas devinieron en sí mismas en objetos de investigación y de transformación, pues se rompía la creencia que postulaba que todas las mujeres y todos los hombres eran y se comportaban de la misma manera porque su destino estaba determinado por “naturaleza”. De ahí que la perspectiva de género empezara a considerarse como una herramienta que permitiera comprender distintos aspectos de la influencia de estas construcciones sociales de la feminidad y la masculinidad en las personas y sobre la dinámica de la vida social.

A continuación se presentan algunas cualidades de la categoría “género” que deben ser consideradas cuando se realiza un análisis desde esta perspectiva:

La riqueza metodológica de esta categoría es enorme porque nos invita a desprejuiciarnos de consideraciones reduccionistas y abre la posibilidad de la imaginación sociológica como una cualidad que toda persona que diseñe y analice programas públicos, debe traer consigo.

Por ello, la perspectiva de género se ha planteado como una herramienta que permite comprender las diferencias existentes entre mujeres y hombres y más importante aún, cómo estas diferencias dan lugar a las desigualdades sociales, económicas y políticas entre unas y otros. Aunque debe tenerse presente que las desigualdades también ocurren entre grupos de mujeres y de hombres, ya que el género siempre se articula con otros ejes de la desigualdad social como pueden ser:

  • la edad,
  • la procedencia rural-urbana,
  • la preferencia sexual,
  • la pertenencia étnica o
  • el nivel económico y educativo,

En suma, esta perspectiva es la herramienta que se utilizará para analizar los problemas de la desigualdad que la IGUALDAD pretende combatir.


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